Texto cohesionado

new yorkHoy os traigo un texto cohesionado. Me he inventado una historia a partir de unas pautas de un ejercicio del libro. Espero que os guste y que os entretenga.

Llegó el día del intercambio a Nueva York, con mi nueva familia. Esta me recibió con los brazos abiertos. Sin embargo, un miembro de esta; no estaba muy satisfecho con mi llegada, por lo tanto no se molestó en saludarme y enseguida se adentró en casa. Era un chico de unos dieciséis años aproximadamente, alto, guapo, ojos azules, pelo rubio… Por otra parte parecía algo tímido o enfadado, no sé como describirlo.

La madre me dijo que no tuviera en cuenta el comportamiento de Iván (el chico del que os hablaba antes). Después me comentó que este, no estaba de acuerdo con la decisión de haber acogido a una persona desconocida, y por supuesto, de tener que convivir una semana con ella. No obstante cambió de tema sin argumentar nada más.

Mientras los demás preparaban la comida, Caroline; la madre, me llevó hasta mi nuevo dormitorio. Primero me enseñó la casa y seguidamente, me explicó donde estaban algunas cosas necesarias. Para concluir bajamos a la cocina y nos pusimos a comer. La presentación era increíble y el olor era fascinante, todos me estaban mirando y comenzaron a preguntar: “¿Está rico Kylie?” “¿Qué te parece la receta?” Aunque echaba de menos la comida de mi madre, hay que reconocer que estaba de escándalo.

Un día el padre nos llevó por el campo. Por otra parte dimos un paseo en una lancha del abuelo. Iván se quejaba a menudo y decía que se quería ir a casa, aún así, la familia decidió seguir con la ruta. Este se tiró al agua y fue nadando hasta la orilla, rogué que esperase allí hasta que le recogiéramos con la lancha pero no hizo caso.

Estaba anocheciendo cuando volvimos a casa. ¡Habían entrado a robar! Steven (un vecino) se dio cuenta e inmediatamente llamó a la policía, pero no funcionaba el teléfono, no obstante se acercó a ver qué ocurría cuando de repente recibió un golpe en la cabeza pero no llegó a quedarse completamente inconsciente así que pudo ver la cara de su agresor.  Por suerte Alexa (otra vecina) vio la agresión y avisó a la policía, por otro lado a la ambulancia. Ambos llegaron en un abrir y cerrar de ojos. Socorrieron a Steven y la policía detuvo al ladrón, Alexa les acompaño para declarar los hechos. Cuando estaba en comisaría se fijo en que el presunto ladrón y agresor era Iván. Su cara cambió de color al instante, no dudo ni un segundo en informar al encargado del caso que había identificado al chico.

Cuando Alexa nos estaba contando todo lo sucedido la familia estaba completamente anonadada, no podían hacerse a la idea de que su hijo había sido capaz de cometer ese disparate.

Pasaron los días y mis profesores llamaban todas las noches para saber cómo estaba y para que les informase de las nuevas noticias sobre Iván. Todo era distinto, cuando comíamos nadie hablaba de lo ocurrido, tampoco comentaban ningún otro tema, pero aún así yo intentaba que la hora de comer se hiciera más amena.

Los vecinos me contaron que habían visto a Iván solo y triste últimamente, paseando por el barrio sin su bicicleta y sin sus amigos. También me informaron de que antes de mi llegada, este se comportaba bien; era amable, simpático, gracioso, ayudaba a todo el mundo, etc.

Por unos instantes pensé que Iván era una mala persona. Me di cuenta de que este no podía ser  así, algo estaba ocurriendo para que el chico que estaba conviviendo conmigo, actuase de esa forma.

Me desplacé hasta la sala de estar y pedí permiso a mi nueva familia para salir por la ciudad e “ir a pasear”, por supuesto no fui, sino que me acerqué a comisaría para hablar con Iván; que había estado dos días allí. La reacción no fue muy impresionante la verdad, simplemente le pregunté:”¿Por qué?”  Él me contesto inmediatamente que no lo entendería, que no era de mi incumbencia y que para que había venido. Comencé a explicarle que nadie sabía que yo estaba allí, y menos con él, que durante los últimos días nadie hablaba de nada; que no sacaban el tema ni salían a dar una vuelta, etc. Inmediatamente Iván se levantó y me dijo: “Lo he hecho porque antes de que vinieras, mi familia estaba muy entusiasmada contigo. Siempre eras el tema de conversación, pero cuando realmente llegasté fue el colmo y no aguanté más, así que planeé un robo para después echarte las culpas y que mis padres llamarán a tus profesores para que te fueras.” Me quedé paralizada, incapaz de pensar que todo eso lo hizo por envidia y para llamar la atención de su familia. Iván se derrumbó y comenzó a llorar y a disculparse. A pesar de todo le aconsejé que contará la verdad. En efecto, me hizo caso. Al final le llevé a casa y la familia lo perdonó, incluida yo.

Al llegar la noche, él me recordó que solo quedaba un día para que me marchase y que lo quería disfrutar conmigo, él y yo solos. Acepté.

Al día siguiente me llevó a un parque, era muy bonito; los pájaros cantaban, la gente paseaba, el agua del río sonaba, etc. Finalmente nos pusimos a comer. Me dijo que le había encantado pasar el día conmigo y me abrazó. Me prometió que vendría a verme.

Cuando llegó la hora de la despedida todos estábamos muy tristes, me dijeron que seguiríamos en contacto y así lo hemos hecho hasta ahora. Iván y yo nos hicimos amigos y para mí sorpresa cuando pasó un mes vino a verme…

La nueva familia ha sido increíble.

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